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¿Qué es un cuidador familiar? Funciones, requisitos y prestaciones

Cuando se trata de cuidar a un ser querido que requiere asistencia, a menudo se presentan dos opciones: contratar a un cuidador profesional o contar con un cuidador familiar. Ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas y la decisión final dependerá de las necesidades individuales de cada familia.

¿Cuáles son las diferencias entre un cuidador familiar y profesional?

Un cuidador familiar es una persona cercana al paciente que asume la responsabilidad de cuidar a su ser querido de manera regular. Esto puede incluir tareas como ayudar con la higiene personal, la alimentación, la administración de medicamentos, la realización de tareas del hogar y el acompañamiento a citas médicas. A menudo, los cuidadores familiares son hijos, cónyuges o parientes cercanos que viven en la misma casa o cerca del paciente.

Por su parte, un cuidador profesional es un trabajador contratado para proporcionar cuidados a un paciente en su hogar o en un entorno de cuidados. Los cuidadores profesionales pueden tener una formación específica en atención médica y estar capacitados para manejar situaciones de emergencia. También pueden estar disponibles para trabajar en horarios específicos y para cubrir diferentes necesidades, como servicios de enfermería especializados.

Ahora bien, ¿es mejor un cuidador familiar o uno profesional? En términos generales, ambas opciones pueden ser efectivas, pero la decisión final dependerá de las necesidades de cada familia.

Los cuidadores familiares pueden ofrecer una experiencia más personalizada y cercana, ya que conocen bien al paciente y pueden proporcionar un mayor grado de confort emocional. Además, pueden tener una mayor flexibilidad en cuanto a los horarios y las necesidades del paciente, pues no están sujetos a las restricciones laborales. Sin embargo, los cuidadores familiares suelen carecer de formación en atención médica, lo que puede limitar su capacidad para manejar ciertas situaciones.

En cambio, los cuidadores profesionales pueden proporcionar una atención de alta calidad y tener más experiencia en situaciones de emergencia. También pueden ofrecer servicios especializados, como terapia física o ocupacional. Sin embargo, los cuidadores profesionales pueden ser más costosos y ofrecer un servicio menos personalizado que los cuidadores familiares.

Requisitos de los cuidadores familiares no profesionales

Los requisitos para ser un cuidador familiar varían según el país y la legislación aplicable, pero en general se pueden mencionar algunos puntos comunes: 

  • Ser mayor de edad y estar en pleno uso de las facultades mentales y físicas.
  • Tener un grado de parentesco o relación cercana con la persona dependiente.
  • No estar trabajando o tener una jornada laboral reducida para poder atender adecuadamente a la persona dependiente.
  • Contar con el tiempo y los conocimientos necesarios para brindar los cuidados que requiere la persona dependiente.
  • Demostrar que se tiene la capacidad para realizar los cuidados y que no se está incumpliendo con las obligaciones legales, como puede ser la de pagar impuestos o cotizar en la Seguridad Social.
  • En algunos casos, puede ser necesario realizar algún tipo de curso o formación para poder ser reconocido como cuidador familiar y acceder a ciertas prestaciones o ayudas.

Es importante destacar que, aunque el cuidado familiar puede ser una labor gratificante, también puede resultar muy demandante y generar un gran desgaste físico y emocional

Por eso, es importante que los cuidadores familiares tengan acceso a recursos y apoyos que les permitan desarrollar su labor de manera adecuada y sostenible.

 Situaciones en las que puede intervenir un cuidador familiar

Prestaciones y ayudas para cuidadores de familiares

La prestación económica por cuidado de un familiar tiene como objetivo apoyar al cuidador familiar en su labor de mantener a la persona dependiente en su hogar. Esta prestación es recibida por la persona dependiente y se destina a cubrir los gastos que se generan por su cuidado.

Para poder recibir esta prestación, la persona dependiente debe cumplir ciertos requisitos. En primer lugar, debe estar siendo atendida por un cuidador familiar no profesional. Además, su hogar debe adaptarse a los requisitos de habitabilidad necesarios según su grado de dependencia. Por último, deben cumplirse las condiciones adecuadas de convivencia expresadas en el artículo 14.4 de la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia.

Asimismo, existen en el mercado una serie de ayudas técnicas para personas con diversidad que facilitan la realización de las tareas cotidianas de una persona que por sí sola no puede hacer, cuando tiene algún déficit de movilidad, de comunicación o a nivel sensorial.

Conclusiones

Como cuidador de un familiar, es posible que te sientas abrumado o desbordado en ocasiones. Afortunadamente, existen prestaciones y ayudas disponibles para ayudarte a proporcionar los mejores cuidados posibles a tu ser querido.

La teleasistencia avanzada es una forma de atención médica que utiliza tecnología de vanguardia para mantener a las personas seguras y bien cuidadas. Este servicio permite que los profesionales de la salud supervisen de cerca a sus pacientes sin tener que estar físicamente presentes en todo momento.

Uno de los mayores beneficios de la teleasistencia avanzada es que ayuda a prevenir e identificar con rapidez las caídas. Esto es especialmente importante para las personas con diversidad funcional, que tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones graves debido a las caídas. Los sensores y dispositivos de seguimiento pueden detectar cuando una persona está en peligro y alertar a los cuidadores o profesionales de la salud en consecuencia. De esta manera, los cuidadores pueden tomar medidas rápidas y eficaces para evitar las caídas y reducir el riesgo de lesiones.

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