¿Por qué se duermen las piernas? Causas y soluciones

A todos nos ha pasado alguna vez: después de estar un rato sentados o tumbados, sentimos un hormigueo o una sensación extraña de adormecimiento en las piernas. Esa molestia, que a menudo llamamos “piernas dormidas”, puede ser pasajera y sin importancia, pero en algunos casos es un signo de que algo no funciona correctamente en nuestro sistema nervioso o circulatorio.

Por eso, es importante conocer las causas de las piernas dormidas, por qué ocurre más cuando permanecemos mucho tiempo sentados, cuándo debemos preocuparnos y qué podemos hacer para aliviar esa sensación incómoda.

¿Qué significa tener las piernas dormidas?

La sensación de piernas dormidas se produce cuando los nervios periféricos o los vasos sanguíneos que recorren las piernas sufren una presión o interrupción temporal. Esta presión limita el flujo de sangre o la transmisión de impulsos nerviosos, generando esa sensación de hormigueo o entumecimiento.

En la mayoría de los casos, esta sensación es pasajera y desaparece al cambiar de postura o mover las piernas. Sin embargo, cuando se repite con frecuencia o aparece sin una causa clara, puede indicar un problema más profundo, como una neuropatía, una alteración metabólica o incluso una enfermedad vascular.

Saber por qué se duermen las piernas es fundamental para detectar a tiempo cualquier trastorno que afecte la circulación o el sistema nervioso periférico.

Piernas dormidas: causas más comunes

Detrás de la sensación de adormecimiento o cosquilleo hay múltiples factores. A veces el origen es tan simple como una postura mantenida demasiado tiempo; otras veces, se debe a un problema de salud que requiere diagnóstico médico.

Problemas de circulación y compresión nerviosa

Una de las causas más frecuentes de las piernas dormidas es la compresión de los nervios o de los vasos sanguíneos. Cuando se ejerce presión sobre un nervio durante un tiempo prolongado, la transmisión eléctrica entre el cerebro y las extremidades se interrumpe, generando esa sensación de “hormigueo” o falta de sensibilidad.

En casos más severos, puede deberse a una ciática o a la compresión del nervio ciático, que recorre toda la pierna desde la zona lumbar. Esta condición puede causar entumecimiento persistente, dolor o incluso debilidad muscular.

Los problemas circulatorios también influyen. Una mala circulación sanguínea impide que el oxígeno y los nutrientes lleguen correctamente a los tejidos, provocando piernas pesadas, hinchazón y sensación de adormecimiento.

Falta de movimiento o estar mucho tiempo sentado

Muchas veces la preocupación empieza al notar que se duermen las piernas al estar sentado. La explicación suele ser sencilla: cuando permanecemos largos periodos en la misma postura, especialmente con las piernas cruzadas o flexionadas, la presión sobre los nervios y vasos sanguíneos aumenta, lo que interrumpe el flujo de sangre.

Esto es habitual en personas que trabajan frente al ordenador, conducen durante muchas horas o pasan mucho tiempo en reposo. En adultos mayores, esta inmovilidad puede agravar otros problemas circulatorios ya existentes.

Por eso, mover las piernas con frecuencia, estirarlas o levantarse unos minutos cada hora ayuda a prevenir el entumecimiento y a mantener la salud vascular.

Déficit de vitaminas y hábitos poco saludables

Una dieta desequilibrada también puede explicar por qué se descontrola la sensación de piernas dormidas. Las vitaminas del grupo B (B1, B6, B12 y B9) son esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Cuando existe una carencia, los nervios periféricos pueden volverse más sensibles o lentos en la transmisión de impulsos, lo que causa hormigueos o entumecimiento.

El consumo excesivo de alcohol también puede provocar neuropatía periférica. El alcohol daña los nervios con el tiempo, especialmente si se combina con una mala alimentación. Además, el tabaquismo, el sobrepeso y la falta de ejercicio contribuyen a empeorar la circulación y aumentar estos episodios.

Enfermedades neurológicas o metabólicas

En algunos casos, las piernas dormidas pueden ser síntoma de enfermedades más serias. La diabetes mellitus, por ejemplo, puede provocar daño en los nervios periféricos (neuropatía diabética), causando pérdida de sensibilidad y sensación de hormigueo persistente.

Otras patologías que pueden provocar adormecimiento incluyen problemas en la columna vertebral, esclerosis múltiple o hernias discales. En estos casos, la sensación no desaparece al mover las piernas y puede ir acompañada de debilidad o dolor.

¿Cuándo preocuparse por la sensación de piernas dormidas?

Aunque la mayoría de los casos no son graves, no debemos ignorar la sensación de piernas dormidas si se repite o se prolonga en el tiempo. El cuerpo utiliza estas señales para alertarnos de que algo no está funcionando como debería.

Síntomas que indican un problema más serio

El hormigueo constante, la pérdida de fuerza o el entumecimiento que no mejora con el movimiento pueden indicar un problema nervioso. También hay que prestar atención si la sensación afecta a una sola pierna o se acompaña de dolor agudo, hinchazón o dificultad para caminar.

En personas con diabetes, hipertensión o antecedentes cardiovasculares, estos síntomas deben vigilarse de cerca, ya que podrían indicar una neuropatía o una trombosis venosa.

Cuándo acudir al médico o especialista

Si el adormecimiento aparece de manera repentina, si impide caminar con normalidad o si se extiende a otras partes del cuerpo, es fundamental acudir a un médico. Un diagnóstico temprano puede evitar complicaciones mayores y mejorar la calidad de vida.

El especialista podrá realizar pruebas de conducción nerviosa o estudios de imagen para determinar el origen del problema y proponer un tratamiento personalizado.

Cómo aliviar la sensación de piernas dormidas

Cuando la causa es postural o leve, cambiar de posición y moverse suele ser suficiente para que la sensación desaparezca. Sin embargo, si es un problema recurrente, conviene adoptar hábitos saludables que favorezcan la circulación y el tono muscular.

Consejos para mejorar la circulación y la movilidad

Realizar ejercicios suaves como caminar, mover los tobillos o practicar natación puede mejorar el flujo sanguíneo. También ayuda mantener una dieta equilibrada, hidratarse bien y evitar el sedentarismo prolongado.

Dormir en posiciones que no presionen los nervios y revisar el calzado también son medidas efectivas. En algunos casos, el fisioterapeuta puede recomendar estiramientos o masajes para aliviar la presión sobre los nervios y mejorar la sensibilidad.

Prevención y autocuidado en el día a día

La prevención pasa por escuchar al cuerpo y mantener una rutina activa. Si pasas mucho tiempo sentado, marca pequeños descansos para moverte. En personas mayores, los paseos diarios y los ejercicios guiados ayudan a conservar la movilidad y prevenir problemas de circulación.

El papel de la teleasistencia en la salud y movilidad de las personas mayores

En el caso de los adultos mayores, la sensación de piernas dormidas puede ser más preocupante porque aumenta el riesgo de caídas y pérdida de autonomía. Aquí, los servicios de teleasistencia domiciliaria se convierten en un apoyo fundamental ya que permite que la persona mayor reciba ayuda inmediata si nota una sensación anormal, pierde estabilidad o sufre una caída.

Saber que hay un equipo profesional disponible las 24 horas proporciona tranquilidad tanto a la persona como a su familia. En SICOR teleasistencia El Corte Inglés trabajamos para que cada usuario pueda mantener su independencia con seguridad, incluso cuando surgen pequeños problemas de salud como la sensación de piernas dormidas o dificultades para moverse.

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