La sauna es una práctica que se remonta a siglos atrás y que, hoy en día, sigue siendo popular por sus múltiples beneficios para la salud. Tanto la sauna seca como la sauna de vapor ayudan a desintoxicar el cuerpo, mejorar la circulación y reducir el estrés, entre otros beneficios. Sin embargo, cada tipo tiene sus particularidades y beneficios específicos. En este artículo exploraremos las características de cada una y sus efectos en la salud para que puedas elegir la mejor opción.
¿Qué es una sauna y cómo funciona?
La sauna es un espacio cerrado donde se genera calor con el objetivo de inducir el sudor y promover la relajación y la limpieza del cuerpo. En una sauna seca, el calor se produce generalmente mediante resistencias eléctricas que calientan el aire, mientras que en una sauna de vapor el ambiente es húmedo, ya que se genera vapor de agua a través de piedras calientes o generadores de vapor. Esta diferencia en el tipo de calor es lo que provoca que cada sauna tenga efectos específicos sobre el organismo.
Beneficios de la sauna seca
La sauna seca, también conocida como sauna finlandesa, es un tipo de sauna en la que se genera un calor seco que alcanza temperaturas de entre 70 y 100 °C, con niveles de humedad muy bajos. Este ambiente seco aporta múltiples beneficios que pueden ser de gran ayuda para los mayores y quienes tienen enfermedades crónicas:
Desintoxicación del cuerpo
Uno de los beneficios principales de la sauna seca es su capacidad para inducir un sudor intenso, ayudando al cuerpo a eliminar toxinas acumuladas. Durante la sesión, el sudor expulsa impurezas y residuos metabólicos, lo que contribuye a una limpieza profunda de la piel y del organismo en general.
Alivio de dolor muscular y articular
Para las personas mayores que experimentan dolores articulares o musculares, el calor seco de la sauna mejora la circulación y ayuda a aliviar la tensión en los músculos, reduciendo el dolor asociado con condiciones como la artritis. Esta propiedad es beneficiosa, especialmente en quienes requieren apoyo para mantenerse activos y autónomos en su día a día.
Mejora de la circulación y la salud cardiovascular
El calor de la sauna seca ayuda a dilatar los vasos sanguíneos, promoviendo una mejor circulación y ayudando a reducir la presión arterial. Esto es importante en la tercera edad, cuando una buena circulación puede contribuir a la salud general y reducir el riesgo de ciertos problemas cardiovasculares. Es recomendable que las personas con antecedentes de enfermedades cardíacas consulten a su médico antes de usar la sauna.
Relajación y alivio del estrés
La sauna seca también es ideal para reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo cual beneficia a quienes experimentan ansiedad o tensión. Un buen descanso y menor estrés contribuyen a un mayor bienestar mental y emocional, mejorando así la calidad de vida de las personas mayores.
Beneficios de la sauna de vapor
La sauna de vapor, también llamada baño turco o Hamman, se caracteriza por generar un calor húmedo con temperaturas que van desde los 40 hasta los 50 °C, y una humedad que suele alcanzar el 100%. Este ambiente húmedo aporta beneficios específicos que la diferencian de la sauna seca.
Hidratación y limpieza de la piel
El vapor de agua en la sauna de vapor abre los poros y permite una limpieza profunda de la piel, eliminando impurezas y restos de grasa. Este tipo de sauna es especialmente beneficioso para personas con piel seca, ya que el vapor ayuda a mantener la hidratación y a suavizar la piel.
Alivio de problemas respiratorios
El ambiente húmedo de la sauna de vapor es ideal para quienes sufren de problemas respiratorios, como asma, bronquitis o alergias. El vapor ayuda a despejar las vías respiratorias, facilitando la respiración y reduciendo la congestión. Muchas personas con problemas respiratorios encuentran en la sauna de vapor un alivio natural y eficaz para sus síntomas.
Fortalecimiento del sistema inmunológico
El calor y el vapor de la sauna de vapor aumenta la temperatura corporal, simulando una fiebre controlada que ayuda a activar el sistema inmunológico. Este efecto favorece la producción de glóbulos blancos, esenciales en la defensa contra infecciones y puede ayudar a prevenir enfermedades estacionales como resfriados y gripes.
Sauna seca o de vapor: ¿cuál es la mejor opción para ti?
Elegir entre una sauna seca y una de vapor dependerá de tus preferencias y necesidades específicas. Si buscas un ambiente relajante y seco que mejore la circulación y reduzca el estrés, la sauna seca podría ser la opción ideal. En cambio, si prefieres una experiencia más hidratante y tienes problemas respiratorios, la sauna de vapor puede ser más beneficiosa.
Además, algunas personas optan por combinar ambas experiencias para obtener lo mejor de cada tipo de sauna. Es importante recordar que, en ambos casos, las sesiones de sauna deben realizarse con moderación y siguiendo los consejos de profesionales de la salud, especialmente si se tienen condiciones médicas preexistentes.
Consejos para aprovechar al máximo tu sesión de sauna
Para que tu sesión de sauna sea segura y efectiva, aquí te dejamos algunos consejos prácticos:
- Hidrátate bien. Antes y después de la sauna, bebe suficiente agua para reponer los líquidos perdidos por el sudor.
- Evita las comidas pesadas antes de la sesión. Es recomendable esperar al menos una hora después de comer para evitar la sensación de pesadez.
- Establece un límite de tiempo. Las sesiones de sauna no deben exceder los 15-20 minutos para evitar el sobrecalentamiento del cuerpo.
- Escucha a tu cuerpo. Si te sientes mareado o con malestar, sal de la sauna inmediatamente y descansa.
- Consulta a un profesional si tienes dudas. Si tienes alguna condición de salud específica, es recomendable consultar con un médico antes de usar la sauna, ya que el calor intenso puede no ser adecuado para todos.
Ambas opciones pueden ser una excelente adición a tu rutina de bienestar, siempre que se utilicen de manera responsable y moderada. En SICOR teleasistencia El Corte Inglés, sabemos lo importante que es el bienestar físico y emocional de nuestros mayores, por lo que incorporar sesiones de sauna puede mejorar la salud física y mental, ayudando a relajar y a cuidar el cuerpo en profundidad.