Todos hemos sentido alguna vez una sensación de hormigueo o entumecimiento en alguna parte del cuerpo, especialmente en las manos o en las piernas, después de haber mantenido una postura incómoda durante un rato. Esta sensación es conocida como parestesia, y aunque generalmente no reviste gravedad, en algunos casos puede ser un síntoma recurrente o causado por algo más complejo.
¿Qué es la parestesia?
La parestesia es una sensación anormal en la piel que se describe comúnmente como hormigueo, entumecimiento, picazón o ardor. Esta sensación puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque es más frecuente en las extremidades como manos, brazos, piernas y pies. A menudo, la parestesia es temporal y desaparece al cambiar de posición o mover la parte afectada, pero cuando persiste o se vuelve frecuente, puede indicar una causa subyacente que necesita atención.
Síntomas comunes de la parestesia
Los síntomas de la parestesia pueden variar en intensidad y frecuencia y no todas las personas los experimentan de la misma forma. Los más comunes incluyen:
- Hormigueo o sensación de “alfileres y agujas”.
- Entumecimiento en la zona afectada, que puede durar unos minutos o extenderse por más tiempo.
- Sensación de quemazón o picazón en la piel.
- Debilidad o dificultad para mover la parte afectada si el episodio es prolongado.
Cuando estos síntomas son persistentes o interfieren en la vida diaria, pueden convertirse en una fuente de incomodidad, afectando la calidad de vida de quienes los experimentan.
Posibles causas de la parestesia
La parestesia puede tener diversas causas, que van desde posturas inadecuadas hasta condiciones de salud más complejas.
Parestesia por ansiedad
La ansiedad es una causa frecuente de parestesia, y esto ocurre porque, en situaciones de estrés, el cuerpo libera hormonas que pueden provocar hiperventilación y cambios en el flujo sanguíneo. Estos cambios afectan los nervios y generan síntomas como el hormigueo y entumecimiento, especialmente en las manos, pies y rostro. La parestesia por ansiedad suele desaparecer una vez que los niveles de estrés disminuyen o cuando se controla la respiración.
Parestesia en la pierna y en otras partes del cuerpo
Es común sentir parestesia en las piernas después de haber estado sentado durante mucho tiempo o con las piernas cruzadas. Esta postura puede ejercer presión sobre los nervios y reducir el flujo sanguíneo en la zona, causando el típico “hormigueo” o “pierna dormida”. Sin embargo, si la parestesia en la pierna es recurrente, podría ser indicio de problemas en los nervios, como la ciática, o de trastornos circulatorios que deben ser evaluados.
Parestesia cutánea
La parestesia cutánea afecta exclusivamente la piel y puede estar relacionada con problemas dermatológicos o daños en los nervios superficiales. Factores como quemaduras solares, alergias o contacto con sustancias irritantes pueden provocar una sensación de picazón o ardor en la piel, similar a la parestesia. Aunque suele ser temporal, una exposición prolongada a estos factores puede generar síntomas persistentes.
Otras causas neurológicas y médicas
Existen múltiples causas neurológicas y médicas que pueden originar la parestesia. Algunas de las más comunes incluyen:
- Diabetes. Las personas con diabetes a menudo experimentan neuropatía diabética, una afección que daña los nervios periféricos y provoca parestesia en manos y pies.
- Problemas de columna. Hernias discales o lesiones en la columna vertebral pueden ejercer presión sobre los nervios, causando parestesia en las extremidades.
- Esclerosis múltiple. Esta enfermedad autoinmune afecta el sistema nervioso central y puede provocar una variedad de síntomas, entre ellos parestesia en distintas partes del cuerpo.
- Deficiencia de vitamina B12. La falta de esta vitamina esencial puede afectar el sistema nervioso y desencadenar sensaciones de hormigueo o entumecimiento.
¿Cuándo deberías consultar a un médico?
Aunque la parestesia ocasional no suele ser motivo de preocupación, hay situaciones en las que es importante acudir a un profesional de la salud. Debes considerar una consulta médica si:
- La parestesia es persistente y no mejora al cambiar de posición o mover la zona afectada.
- El hormigueo o entumecimiento se presenta junto a otros síntomas, como debilidad muscular, pérdida de coordinación o visión borrosa.
- Tienes antecedentes de enfermedades que pueden afectar los nervios, como diabetes o problemas neurológicos.
- La parestesia afecta tu vida diaria o tu capacidad para realizar actividades cotidianas.
Un diagnóstico adecuado es fundamental para identificar la causa y recibir el tratamiento más adecuado en cada caso.
Consejos para aliviar los síntomas de la parestesia
Si bien el tratamiento específico depende de la causa subyacente, existen algunas prácticas que pueden ayudar a reducir los síntomas de la parestesia y mejorar la comodidad:
- Mantén una postura adecuada. Evita permanecer en la misma posición durante mucho tiempo y procura sentarte o acostarte de forma que no se ejerza presión en las extremidades.
- Realiza ejercicios de estiramiento. Los estiramientos ayudan a mejorar la circulación y aliviar la tensión en los nervios.
- Practica técnicas de relajación. Si la ansiedad es la causa de tu parestesia, técnicas como la respiración profunda o la meditación pueden ser útiles para reducir el estrés.
- Cuida tu alimentación. Mantener niveles adecuados de vitamina B12 y otros nutrientes esenciales ayuda a proteger el sistema nervioso y prevenir la parestesia.
- Consulta a un profesional en fisioterapia o rehabilitación. En algunos casos, el tratamiento de fisioterapia puede aliviar la presión en los nervios y reducir los episodios de parestesia.
La parestesia es una sensación incómoda que, aunque en muchos casos es temporal y no requiere intervención, puede ser un indicador de condiciones médicas que necesitan atención.
Comprender sus posibles causas, desde la ansiedad hasta problemas neurológicos más serios, permite abordar el problema de manera adecuada y mejorar la calidad de vida de quienes la experimentan. Desde SICOR teleasistencia El Corte Inglés tenemos como objetivo proteger y cuidar a las personas mayores, enfermos crónicos y personas dependientes, brindando el apoyo y ayuda necesaria tanto a ellos como a los familiares y seres queridos.