Insomnio en personas mayores: tipos que existen y tratamientos
El insomnio es una alteración de la conciliación y de la calidad del sueño, siendo uno de los trastornos más comunes en la población general. En muchas ocasiones ocurre aun habiendo circunstancias adecuadas para dormir y provoca un deterioro significativo en el ámbito social, laboral y académico.
Este tipo de trastorno de sueño es muy común en aquellas personas de la tercera edad que llevan una vida sedentaria y se puede reflejar de forma negativa en su salud física y mental. En España se calcula que alrededor de un 40% de la población anciana padece insomnio.
Tipos de insomnio
Existen diferentes tipos de insomnio que se pueden clasificar atendiendo a su duración, a su severidad o al momento de sueño que se vea más afectado.
Los síntomas más habituales durante el día son la irritabilidad, la falta de concentración, la pérdida de memoria, el cansancio excesivo o la ansiedad.
Los médicos calculan que cuando una persona tarda más de 30 minutos en dormirse y/o duerme menos de 5 horas puede estar bajo los efectos del insomnio.
De forma general, podemos establecer dos tipos de insomnio:
- Insomnio primario: es aquel que genera dificultades para conciliar el sueño o mantenerlo. Suele durar por lo menos un mes, provoca malestar significativo o un deterioro en la actividad de un individuo.
- Insomnio secundario: aparece es aquel en el que la persona pasa más de un mes con problemas de sueño.
En función de cuando aparece durante la noche:
- Insomnio inicial: cuando surgen dificultades leves o graves para conciliar el sueño al acostarse.
- Insomnio intermedio: cuando la persona despierta durante varias ocasiones o se desvela varias veces a lo largo de la noche.
- Insomnio final: cuando la persona se despierta mucho antes de la hora en la que debía hacerlo.
Según su duración:
- Insomnio transitorio o agudo: tiene una duración inferior a tres meses.
- Insomnio a corto plazo o subagudo: aquel que dura más de un mes, pero menos de seis meses.
- Insomnio crónico: ocurre cuando los problemas para mantener el sueño se extienden más allá de tres meses.
Tratamiento del insomnio en mayores
Una correcta higiene de sueño es en la mayoría de los casos suficientes para evitar el insomnio, aunque el estilo de vida también influye, como acostarse y levantarse a la misma hora, evitar o limitar las siestas, hacer ejercicio habitualmente, evitar el consumo de cafeína y alcohol en la medida de lo posible, etc.
No obstante, se puede recurrir a terapias cognitivo-conductuales que traten de reeducar los hábitos de sueño de la persona en cuestión o, en ciertos casos puede llegar a ser necesario un tratamiento farmacológico, en el cual debe ser un profesional sanitario el que determine el tratamiento más adecuado.
Medidas de higiene del sueño para luchar contra el insomnio
Con el objetivo de frenar el insomnio, hay varias medidas que los expertos recomiendan adoptar, como:
- Evitar las siestas durante el día, sobre todo tras una noche de sueño escaso
- Evitar la ingesta excesiva de líquidos o comidas pesadas por la noche, al igual que tomar cafeína, nicotina y alcohol antes de acostarse.
- Mantener un horario regular de sueño levantándose y acostándose a la misma hora
- Programar una reducción progresiva de la actividad antes de dormir
- Establecer una rutina antes de acostarse
- Mantener un entorno de sueño silencioso, oscuro, seguro y cómodo
- Evitar el uso de dispositivos móviles antes de dormir
Terapias cognitivo-conductuales
Podemos realizar distintas técnicas que ayuden a mejorar el sueño, como:
- Control de estímulos: se trata de asociar la cama y el dormitorio con el sueño. Esta terapia se basa en seguir una serie de instrucciones cómo evitar actividades estimulantes antes de acostarse, solo ir a la cama para dormir y, en caso de ser incapaz, ir a otra habitación a intentar relajarse para finalmente que acabe entrando el sueño.
- Restricción del sueño: técnica que modifica el tiempo total del sueño en función de la eficiencia del mismo. Se deberá disminuir o aumentar en función de la mejora o empeoramiento de la calidad y duración del sueño. Esta técnica es adecuada para las personas mayores que se despiertan varias veces durante la noche.
- Técnicas de relajación: Pretenden reducir la excitación psico/fisiológica para favorecer el sueño. Su objetivo es que el paciente consiga niveles profundos de relajación muscular para dormir de forma más rápida.
- Fototerapia: Si te duermes muy temprano y luego te levantas muy temprano, puedes usar la luz para retrasar tu reloj interno. Puedes salir al aire libre en las épocas del año en que anochece tarde, o bien usar una lámpara de fototerapia. Habla con el médico sobre sus recomendaciones.
Tratamientos farmacológicos
Los medicamentos para el insomnio (hipnóticos) deben recomendarse cuando es necesaria una respuesta rápida o cuando el insomnio es grave y perjudica notoriamente a quien lo sufre. De hecho, los hipnóticos también se pueden recomendar en las personas que siguen sufriendo insomnio a pesar del cambio en el estilo de vida y de haber realizado una terapia para el insomnio.
Dependiendo de si el insomnio es diurno o nocturno, se debe considerar el uso de unos medicamentos u otros, ya que pueden empeorar los síntomas en función del horario.
Los medicamentos más comunes para paliar el trastorno del sueño como es el insomnio, son:
- Antihistamínicos: los fármacos antihistamínicos H1 tienen un efecto hipnótico o de tolerancia, lo que significa acostumbrarse al efecto relativamente rápido. Por ello, son recomendables en el tratamiento a corto plazo del insomnio, ya que además se venden sin receta médica. En el caso de las personas mayores podría tener efectos adversos si se utilizan habitualmente.
- Benzodiacepinas y análogos: Son los medicamentos más utilizados para el tratamiento del insomnio, ya que actúan de forma rápida y eficaz. No se recomienda su uso a largo plazo pues podría desarrollar tolerancia y dependencia en sus consumidores.
- Melatonina: La melatonina se recomienda sobre todo a personas de más de 55 años, pues esta ayuda a mejorar la calidad del sueño y la calidad de vida. A diferencia de las benzodiacepinas, no altera la arquitectura del sueño. Además, no afecta a las capacidades cognitivas ni a la agilidad física, lo que supone una gran ventaja para su uso por parte de ancianos.
En conclusión, el insomnio en la tercera edad es un problema común que puede tener un impacto significativo en la salud física y mental de los adultos mayores. Las causas del insomnio en esta población pueden ser diversas, como cambios en los patrones de sueño, enfermedades crónicas, medicamentos, estrés y ansiedad.
Es importante que los adultos mayores con insomnio busquen tratamiento médico si el problema persiste y afecta su calidad de vida. Los tratamientos pueden incluir cambios en el estilo de vida, como la actividad física regular y la relajación antes de dormir, así como terapias farmacológicas y no farmacológicas.
Además, los cuidadores y familiares de los adultos mayores pueden ayudar a prevenir el insomnio al fomentar hábitos saludables de sueño, como mantener una rutina de sueño regular y un ambiente cómodo y tranquilo para dormir. En última instancia, abordar el insomnio puede mejorar la salud y el bienestar general de los adultos mayores.