Los mareos en personas mayores son una de las consultas más frecuentes en atención primaria y geriatría. No solo generan una sensación desagradable o incapacitante, sino que pueden convertirse en un factor de riesgo importante para caídas, lesiones y pérdida de autonomía. Por este motivo, entender por qué se producen y conocer el tratamiento de mareos en ancianos es clave para mejorar su bienestar y calidad de vida.
En muchas ocasiones, los mareos se normalizan como “cosas de la edad”. Sin embargo, no deben ignorarse, ya que suelen ser la manifestación de problemas de salud subyacentes que, tratados a tiempo, pueden controlarse eficazmente.
¿Por qué son frecuentes los mareos en personas mayores?
Con el paso de los años, el cuerpo experimenta cambios naturales que afectan al equilibrio, la circulación y la percepción espacial. El sistema nervioso, el oído interno, el sistema cardiovascular y la musculatura trabajan de forma más lenta o menos coordinada. Esta combinación hace que los mareos sean más habituales en la vejez.
Además, muchas personas mayores conviven con enfermedades crónicas y toman varios medicamentos a diario. Esta situación, conocida como polimedicación, aumenta la probabilidad de sufrir mareos, especialmente al cambiar de postura, caminar o levantarse tras estar sentados o acostados.
Por eso, cuando hablamos de causas de mareos en personas mayores, debemos tener en cuenta que suelen ser multifactoriales y no siempre obedecen a un único motivo.
Causas más habituales de los mareos en ancianos
Identificar la causa concreta es el primer paso para aplicar un tratamiento eficaz. A continuación, analizamos las más frecuentes.
Cambios en la presión arterial y problemas cardiovasculares
Una de las causas más comunes de mareo en personas mayores es la hipotensión ortostática, que se produce cuando la presión arterial desciende bruscamente al ponerse de pie. Esto puede provocar sensación de inestabilidad, visión borrosa o incluso desmayo.
También pueden aparecer mareos relacionados con arritmias, insuficiencia cardíaca o una mala circulación cerebral. En estos casos, el cerebro recibe menos oxígeno del necesario durante unos segundos, generando esa sensación de vértigo o desequilibrio.
Trastornos del equilibrio y del oído interno
El oído interno juega un papel fundamental en el equilibrio. Con la edad, pueden aparecer alteraciones como el vértigo posicional paroxístico benigno, infecciones, inflamaciones o degeneración de las estructuras encargadas de mantener la estabilidad.
Estos mareos suelen describirse como una sensación de giro del entorno, especialmente al mover la cabeza, tumbarse o incorporarse. Aunque suelen ser muy molestos, tienen tratamiento específico y buen pronóstico si se diagnostican correctamente.
(H3) Efectos secundarios de medicamentos
Muchos fármacos habituales en personas mayores pueden provocar mareos como efecto secundario. Antihipertensivos, ansiolíticos, antidepresivos, diuréticos o medicamentos para dormir son algunos ejemplos.
En estos casos, el mareo no es una enfermedad en sí, sino una consecuencia del tratamiento. Por eso, revisar periódicamente la medicación con el médico es esencial para ajustar dosis o buscar alternativas más seguras.
Deshidratación y alteraciones metabólicas
La deshidratación es más frecuente en personas mayores de lo que parece. La sensación de sed disminuye con la edad, lo que puede llevar a ingerir menos líquidos de los necesarios. Esto afecta al volumen sanguíneo y puede provocar mareos, debilidad y confusión.
Además, alteraciones en los niveles de glucosa, sodio o potasio también pueden desencadenar episodios de mareo. Por eso, una hidratación adecuada y una alimentación equilibrada forman parte del tratamiento de mareos en ancianos.
Factores neurológicos y deterioro cognitivo
En algunos casos, los mareos pueden estar relacionados con problemas neurológicos, como accidentes cerebrovasculares, enfermedades neurodegenerativas o trastornos cognitivos. Aunque no son la causa más habitual, deben descartarse cuando los mareos son persistentes o se acompañan de otros síntomas neurológicos.
Cómo se manifiestan los mareos en personas mayores
No todos los mareos se experimentan de la misma manera. Algunas personas describen una sensación de giro, otras hablan de inestabilidad al caminar o de “cabeza ligera”. En ocasiones, se acompañan de náuseas, sudoración, palpitaciones o miedo a caerse.
Es importante observar cuándo aparecen, cuánto duran y qué los desencadena. Esta información es clave para que el profesional sanitario pueda identificar el origen y pautar el tratamiento adecuado.
Tratamiento de mareos en ancianos: opciones más eficaces
El tratamiento de mareos en ancianos depende siempre de la causa que los origina. No existe una solución única, pero sí enfoques eficaces cuando se actúa de forma personalizada.
Abordaje médico según la causa
En algunos casos, el tratamiento puede incluir ajustes de medicación, fármacos específicos para el vértigo, control de la presión arterial o tratamiento de enfermedades subyacentes. El seguimiento médico es fundamental para evaluar la evolución y prevenir recaídas.
Cambios en hábitos y rutinas diarias
Pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia. Levantarse despacio, sentarse unos segundos antes de ponerse de pie, evitar movimientos bruscos de cabeza y mantener una buena hidratación son medidas sencillas pero muy eficaces.
También es recomendable mantener horarios regulares de sueño, evitar el consumo de alcohol y revisar el entorno del hogar para reducir riesgos.
Rehabilitación, ejercicio y equilibrio
En muchos casos, el ejercicio adaptado y la fisioterapia ayudan a mejorar el equilibrio, la coordinación y la fuerza muscular. Esto no solo reduce los mareos, sino que disminuye significativamente el riesgo de caídas, uno de los mayores peligros asociados.
Prevención de mareos y reducción del riesgo de caídas
Los mareos y las caídas están estrechamente relacionados. Una persona que se marea tiene más probabilidades de tropezar, perder el equilibrio o sufrir una caída con consecuencias graves.
Por eso, además del tratamiento médico, es fundamental trabajar la prevención. Adaptar el hogar, mejorar la iluminación, eliminar obstáculos y contar con apoyo cuando sea necesario son medidas clave para preservar la autonomía y la seguridad.
El papel de la teleasistencia en el control de mareos en personas mayores
En este contexto, la teleasistencia domiciliaria se convierte en una aliada fundamental. Para personas mayores que viven solas o pasan muchas horas sin compañía, contar con un sistema de teleasistencia proporciona tranquilidad tanto a ellas como a sus familias.
Ante un mareo repentino, una caída o una sensación de malestar, poder contactar de inmediato con profesionales especializados marca la diferencia. Además, la teleasistencia permite un seguimiento más cercano, ayuda a detectar patrones de riesgo y facilita una respuesta rápida ante cualquier emergencia.
Desde SICOR teleasistencia El Corte Inglés, se trabaja para ofrecer un acompañamiento continuo que no solo actúa en situaciones críticas, sino que también contribuye a prevenirlas, mejorando la calidad de vida y la seguridad de las personas mayores.
