España ha rebasado el umbral de los dos millones de personas mayores que viven solas. El envejecimiento y la Soledad esta feminizado, hay 850.000 personas mayores de 80 años que viven solas, de ellas la mayoría son mujeres: 662.000.
Según estudios recientes, el 39% de las personas mayores de 65 años sufren Soledad Emocional, siendo la mayoría mujeres. Estos datos se incrementan cuanto más bajo es el nivel educativo.
Entre las causas de esta soledad emocional se pueden señalar:
- Aislamiento físico por empeoramiento del estado de salud.
- Relaciones sociales y/o familiares pobres.
- Aumento de un estilo de vida más individualizada.
- Crisis vital, en la que personas del entorno van desapareciendo por diferentes motivos.
Todo esto, tiene un efecto sobre la salud a dos niveles:
- A nivel psicológico: derivando en tristeza, depresión y ansiedad, pudiendo desembocar en conductas contra la salud como riesgo de adicciones (tabaquismo, alcoholismo…), intentos de suicidio o trastornos de la alimentación, y mayor riesgo de accidentes domésticos.
- A nivel fisiológico: la persona puede sufrir enfermedades coronarias, disminución del sistema inmunológico y/o riesgo de caídas.
¿Como prevenir esta situación?
A través de lo que se llama Envejecimiento activo.
- Participación en actividades físicas grupales. Fomenta la comunicación y relaciones entre personas con un interés común, previniendo el aislamiento. Estas actividades pueden ser gimnasia, taichí, baile, etc.
- Participación en voluntariado. Sentirse útil es muy importante para las personas que tienen inquietudes, sobre todo en la etapa de la jubilación. Son muchas las personas que sienten que tienen que seguir aportando a la sociedad, y esta actividad les permite disfrutar de esa necesidad. Existen asociaciones especialmente enfocadas en el voluntariado de personas mayores. Por otro lado, las personas mayores también pueden disfrutar de la compañía de una persona voluntaria, que la puede acompañar tanto en su domicilio, como en paseos, compartiendo aficiones comunes, y las necesidades que se puedan gestionar desde el voluntariado.
- Asistencia a centros de mayores en los que se organicen actividades. En muchos centros de mayores, además de ser un punto de encuentro entre sus usuarios, se realizan actividades e incluso viajes, fomentando la socialización entre personas que viven en una misma zona. De esta forma se previene el aislamiento social.
- Actividades culturales. Pueden ser visitas a museos, talleres de teatro, espectáculos musicales. Hay centros culturales, Ayuntamientos y otras organizaciones que disponen de esta iniciativa, fomentando las relaciones entre las personas que acuden a ellas.
Pero ¿qué pasa con aquellas personas que por cualquier motivo no tienen movilidad para poder hacer todo esto?
- Programas de intercambio intergeneracional. Estos programas consisten en la posibilidad de que una persona joven vaya a vivir a casa de una persona mayor, o pase tiempo con ella, todo mediante un contrato de condiciones por ambas partes, adquiriendo cada uno una serie de compromisos. Esta experiencia es muy enriquecedora ya que ambas obtienen unos beneficios muy positivos.
- Servicios de teleasistencia. Este servicio consiste en un dispositivo instalado en el domicilio, que los usuarios/as pueden pulsar en caso de necesidad o simplemente para charlar. También dispone de llamadas de seguimiento. Permite que las personas mayores se sientan acompañadas y atendidas en todo momento, manteniendo la autonomía e intimidad de su propia casa.
- Servicios de ayuda a domicilio. Se trata de un servicio en el cual interviene una auxiliar de ayuda a domicilio, realizando una serie de actividades con la persona que lo contrata, como pueden ser limpieza, aseo, acompañamientos, o compras, todo ello favoreciendo la permanencia de la persona en su entorno. Va dirigido a personas con ciertas limitaciones para realizarlas por sí sola.